Why did we launch LET’S MEDICINE?
Medicine changes the moment it stops being a subject to study and becomes a responsibility to act.
For some of us, that moment began in high school classrooms—where curiosity extended far beyond the syllabus and questions felt more important than answers. For others, it came after completing degrees in fields such as cybersecurity, engineering, or other science, technology, engineering, and mathematics (STEM) disciplines, only to realize that safeguarding systems was meaningful, but caring for human life felt essential. For some of us, the journey includes returning to medicine as international medical graduates, carrying knowledge, culture, and experience across borders.
Let’s Medicine was launched from this shared realization: health is universal, and medical knowledge should not be confined to institutions, jargon, or privilege.
Medicine is often presented as a one-directional exchange—experts speak, others receive. Yet the most effective medicine we know begins with dialogue.
Dialogue is not a soft concept. In science, it is how hypotheses are challenged and refined. In medicine, it is how patients become partners in care rather than passive recipients. In education, dialogue transforms students into thinkers—individuals who can question, evaluate, and apply evidence thoughtfully.
Let’s Medicine exists to create space for these conversations:
where high school students can engage scientific thinking without being minimized,
where future physicians can speak honestly about the journey, including detours and restarts,
and where the public can access medical knowledge explained clearly, accurately, and humanely.
Health is a human right.
This belief guides everything we do.
The World Health Organization (WHO) defines health as “a state of complete physical, mental, and social well-being, and not merely the absence of disease or infirmity.” This definition reminds us that health is complex, contextual, and inseparable from social structures, access, and equity.
With technology now in the palm of our hands, we believe there is both an opportunity and an obligation to advocate, educate, learn, and share responsibly—using evidence-based tools and professional insight to empower individuals and communities.
The United States presents a striking paradox. It spends more on healthcare than any other high-income nation—over $13,000 per person annually—yet continues to lag behind peers in key health outcomes.
Maternal mortality remains unacceptably high. In 2023, the U.S. reported approximately 18.6 maternal deaths per 100,000 live births, with Black women experiencing dramatically higher rates than other groups. Infant mortality similarly exceeds that of many comparable countries. Despite technological advances and clinical excellence, millions of people in the U.S. still experience barriers to timely, affordable care.
These statistics are not abstract. They reflect who receives preventive care, who is believed when they report symptoms, who survives childbirth, and who does not.
Representation within medicine also matters.
According to data from the Association of American Medical Colleges (AAMC), racial and ethnic minorities remain underrepresented in the U.S. physician workforce relative to their proportion of the population. The Kaiser Family Foundation (KFF), a nonpartisan health policy research organization, has repeatedly shown that this mismatch affects trust, communication, and health outcomes across communities.
Medicine does not exist outside of history. Works such as Medical Apartheid by Harriet A. Washington expose how unethical experimentation and systemic exploitation shaped American medicine—particularly for Black communities—and how these histories continue to influence mistrust today. Confronting this past is not about assigning blame; it is about accountability, awareness, and ethical progress.
Our own experiences shaped us into advocates.
Some of us learned early that curiosity is powerful. Others discovered that skills gained in technology or engineering could not replace the desire to care directly for people. Others navigated medicine across countries and systems, learning firsthand how access, language, and policy shape health.
These journeys taught us that medicine is never just biology. It is culture, communication, ethics, and systems—and it must be practiced with intention.
For us, medicine is not passive.
It is action.
At Let’s Medicine, we advocate for health as a human right, create dialogue grounded in science, teach and learn through evidence, innovate responsibly with technology, observe and question health in all its dimensions, and nurture the discipline and curiosity required for ethical practice.
We hope our conversations spark motivation, intellectual rigor, and the courage to act.
Let’s Medicine is a place to explore, reflect, and grow together—guided by science, grounded in ethics, and driven by the belief that better dialogue leads to better care.
Join us—and let’s medicine!
Calvin Zion Brown Fernandez & Sigrid Mendoza Fernandez.
¿Por qué lanzamos Let’s Medicine?
La medicina cambia en el momento en que deja de ser sólo un objeto de estudio y se convierte en la responsabilidad de actuar.
Para algunos de nosotros, ese momento comenzó en las aulas de la secundaria, donde la curiosidad iba mucho más allá del programa académico y las preguntas parecían más importantes que las respuestas. Para otros, llegó después de completar estudios en campos como la ciberseguridad, ingeniería u otras disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), al darse cuenta de que proteger sistemas era significativo, pero que cuidar la vida humana era esencial. Para algunos, el camino incluye regresar a la medicina como graduados médicos internacionales, llevando conocimiento, cultura y experiencia atravesando fronteras.
Let’s Medicine nació de esta comprensión compartida: la salud es universal, y el conocimiento médico no debe estar limitado a instituciones, términos poco comunes u otros privilegios.
Con frecuencia, la medicina se presenta como un intercambio unidireccional: los expertos hablan y otros reciben. Sin embargo, medicina comienza con el diálogo.
Dialogar no es un concepto superficial. En la ciencia, es la forma en que las hipótesis se cuestionan y se perfeccionan. En medicina, es cómo los pacientes se convierten en socios en su atención, en lugar de receptores pasivos. En la educación, el diálogo transforma a los estudiantes en pensadores: personas capaces de cuestionar, evaluar y aplicar la evidencia de manera reflexiva.
Let’s Medicine existe para crear un espacio para estas conversaciones:
donde los estudiantes de secundaria puedan participar en el pensamiento científico sin ser minimizados,
donde los futuros médicos pueden hablar con honestidad sobre la travesía de la carrera, incluidos los desvíos y los reinicios,
y donde el público puede acceder al conocimiento médico explicado de forma clara, precisa y humana.
La salud es un derecho humano.
Esta convicción guía todo lo que hacemos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Esta definición nos recuerda que la salud es compleja, contextual e inseparable de las estructuras sociales, el acceso y la equidad.
Con tecnología en la palma de la mano, creemos que existe tanto una oportunidad como una obligación de abogar, educar, aprender y compartir de manera responsable, utilizando herramientas basadas en evidencia y conocimiento profesional para empoderar a las personas y a las comunidades.
Estados Unidos presenta una paradoja llamativa. Gasta más en atención médica que cualquier otro país de altos ingresos —más de 13 000 dólares por persona al año— y, sin embargo, continúa rezagado frente a sus pares en indicadores clave de salud.
La mortalidad materna sigue siendo inaceptablemente alta. En 2023, Estados Unidos reportó aproximadamente 18,6 muertes maternas por cada 100 000 nacidos vivos, con tasas dramáticamente más altas en mujeres afroamericanas que en otros grupos. La mortalidad infantil también supera la de muchos países comparables. A pesar de los avances tecnológicos y la excelencia clínica, millones de personas en EE. UU. siguen enfrentando barreras para acceder a una atención oportuna y asequible.
Estas estadísticas no son abstractas. Reflejan quién recibe atención preventiva, a quién se le cree cuando reporta síntomas, quién sobrevive al parto y quién no.
La representación dentro de la medicina también importa.
Según datos de la Association of American Medical Colleges (AAMC), las minorías raciales y étnicas continúan estando subrepresentadas en la fuerza laboral médica de EE. UU. en relación con su proporción en la población. La Kaiser Family Foundation (KFF), una organización no partidista de investigación en políticas de salud, ha demostrado repetidamente que esta falta de concordancia afecta la confianza, la comunicación y los resultados de salud en distintas comunidades.
La medicina no existe fuera de la historia. Obras como Medical Apartheid de Harriet A. Washington exponen cómo la experimentación no ética y la explotación sistemática moldearon la medicina estadounidense —particularmente para las comunidades afroamericanas— y cómo estas historias siguen influyendo en la desconfianza actual. Enfrentar este pasado no se trata de asignar culpas, sino de responsabilidad, conciencia y progreso ético.
Nuestras propias experiencias nos formaron como defensores.
Algunos aprendimos temprano que la curiosidad es poderosa. Otros descubrimos que las habilidades adquiridas en la tecnología o la ingeniería no podían reemplazar el deseo de cuidar directamente a las personas. Otros transitamos la medicina entre países y sistemas, aprendiendo de primera mano cómo el acceso, el idioma y las políticas influyen en la salud.
Estos recorridos nos enseñaron que la medicina nunca es solo biología. Es cultura, comunicación, ética y sistemas; y debe practicarse con intención.
Para nosotros, la medicina no es pasiva.
Es acción.
En Let’s Medicine defendemos la salud como un derecho humano, creamos diálogo basado en la ciencia, enseñamos y aprendemos a partir de la evidencia, innovamos de manera responsable con la tecnología, observamos y cuestionamos la salud en todas sus dimensiones, y fomentamos la disciplina y la curiosidad necesarias para una práctica ética.
Esperamos que nuestras conversaciones despierten motivación, rigor intelectual y el valor de actuar.
Let’s Medicine es un espacio para explorar, reflexionar y crecer juntos, guiados por la ciencia, fundamentados en la ética y motivados por la convicción de que un mejor diálogo conduce a una mejor atención.
Únete a nosotros — ¡y hagamos medicina!
Calvin Zion Brown Fernandez & Sigrid Mendoza Fernandez
Knowledge is power. Feel free to review the following references:
El conocimiento es poder. Siéntase libre de revisar las siguientes referencias:
1. Health expenditures per capita in the U.S. vs. OECD peers. Health System Tracker. 2025. Link: https://www.healthsystemtracker.org/chart-collection/health-spending-u-s-compare-countries/
2. Maternal mortality in the U.S. (2023). Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Link: https://www.cdc.gov/nchs/data/hestat/maternal-mortality/2023/Estat-maternal-mortality.pdf
3. Racial and ethnic disparities in maternal and infant health. Kaiser Family Foundation (KFF). Link: https://www.kff.org/racial-equity-and-health-policy/racial-disparities-in-maternal-and-infant-health-current-status-and-efforts-to-address-them/
4. International infant mortality comparison (OECD). OECD Health at a Glance 2025. Link: https://www.oecd.org/en/publications/health-at-a-glance-2025_8f9e3f98-en/full-report/maternal-and-infant-mortality_4379b33b.html
5. Maternal mortality higher in U.S. than in most high-income nations. Commonwealth Fund. Link: https://www.commonwealthfund.org/publications/issue-briefs/2024/jun/insights-us-maternal-mortality-crisis-international-comparison
6. CDC infant mortality data 2023. CDC National Vital Statistics Reports. Link: https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db521.htm